Plaza de un pueblo de Tarragona (Cataluña). El pueblo se llama Ermita L,Aldea. Los niños, en plenas fiestas, juegan al toro. Como ven, el pueblo y la gente llana está muy por encima de la Cataluña oficial y de moqueta. El toreo, se quiera o no, se lleva en la sangre.
La decisión del Parlamento Catalán de prohibir las corridas de toros está pendiente de la decisión del Tribunal Constitucional, así como de la negociación de una posible indemnización que Cataluña no pueda afrontar (¿volverá Balañá a traicionar al toreo?), pero quizás la mejor forma de que Cataluña vuelva a tener toros, es que el pueblo llano se rebele. Que como mancha de aceite, aparezcan por las fiestas de los pueblos, torerillos con muletas y capotes y se pongan delante de los toros y vacas en los festejos populares.Y que los niños de 6-7-10 años sueñen con ser toreros,como los de la foto.
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No te quepa ninguna duda de que Balañá no va a luchar por los Toros y sólo lo hará por llenar su Bolsillo hoy mejor que mañana, con la aquiescencia del apoderado, entre otros de Jose María Manzanares, el todopoderoso Matilla que también sacará tajada.
ResponderEliminarCosti, efectivamente me huelo lo peor.
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