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Foto:www.elmundo.es |
La nota de prensa de Óscar M. Chopera en respuesta a Salvador Boix admite diversas lecturas e
interpretaciones, como diversas están siendo las opiniones vertidas al
respecto. He leído alguna que, aceptando como veraces y exactas todas
las cosas dichas por Oscar Chopera (en adelante OCh), reduce el episodio a una descortesía de José
Tomás por no responderle. Otras, haciéndose eco de las sugerencias de la
propia nota, apuntan a opacas estrategias de JT para evitar
determinadas plazas.
En mi opinión, el análisis
de la nota debe hacerse con mayor profundidad y creo que la lectura es
otra. Por ello, aceptando el ofrecimiento del propietario de este
estupendo blog, voy a compartir la mía.
Dice la nota que Salvador
Boix llamó en enero a OCh para informarle de que JT iba a mantener esta
temporada la postura del año pasado de no torear en las plazas en las
que él es empresario. Es decir, el apoderado informa de la decisión del
torero al interesado antes que a nadie y con antelación a la confección
de carteles. Yo entiendo que las dudas que tuviera el empresario sobre
las razones de esta decisión se las preguntaría en dicha conversación,
aunque me cuesta creer que a esas alturas le quedara alguna.
Aceptando como cierto que
posteriormente el empresario haya intentado contactar con el torero (o
con el apoderado; la nota es ambigua a este respecto), las motivaciones
podrían ser dos: a) podría tratarse sólo de una coartada para después
justificarse ante las aficiones de sus plazas y reducir el efecto del
cabreo en la taquilla (hay que imaginarse lo que pueden sentir los
aficionados y hosteleros malagueños si se produce el anuncio de JT en
Granada, por ejemplo); y b) un intento real de contratarlo para evitarse
los previsibles descalabros taquilleros que se avecinan.
Voy a centrarme en la
segunda hipótesis, la que puede resultar más verosímil atendiendo al interés económico del
empresario, puesto que la primera se descalificaría por sí misma sin
necesidad de argumento alguno, al ser más de lo mismo.
Pues bien, suponiendo, como
decía, que la empresa Chopera haya estado realmente interesada en
contratar a JT, para entender todo esto y poder valorarlo es necesario
situar en contexto este interés y después tratar de responder a una
serie de cuestiones.
Vamos con el contexto; es
decir, con los antecedentes:
1º JT ha sido objeto de
forma continuada de un boicot de facto por parte del núcleo duro del
empresariado taurino español, que le ha impedido torear en plazas muy
deseadas por cualquier torero (recordemos lo dicho por El Juli sobre su
ausencia de La Maestranza). Hay quien apunta a la
empresa Chopera como inductora de ese pacto y de esas presiones a los
empresarios no convencidos; y hay quienes apuntan a la empresa de
Sevilla como la promotora, apoyada en cualquier caso por la de Chopera.
2º JT viene siendo objeto
también de forma continuada de una campaña mediática de acoso y derribo
por parte de los plumas y algún que otro juntapalabras del régimen (a
saber; dicho núcleo duro y el monopolio de la tv de pago, el otro agente
económico que, a su vez, es parte afectada de la insumisión de JT y de
su salida del redil), usando como principal argumento precisamente la
ausencia de esas plazas en las que le han impedido de una forma u otra
torear.
Éste es el contexto en el
que se estaría produciendo esta pretensión de que ahora JT acuda presto y
con su entrega de siempre (en JT no cabe otra actitud) a socorrerles de
las crisis económica, de afición y juliana/pererista que padece la
Fiesta. Y lo peor de todo es que pretenderían que lo hiciera sin
ningún gesto previo de reconocimiento a su grandeza como torero, ni de
arrepentimiento o disculpa por el daño causado y acumulado. Y sin
quitarle ni siquiera de encima a los juntapalabras que le siguen
mordiendo el culo con cualquier pretexto.
Así las cosas, sin
disculpas ni reconocimiento alguno, la pregunta obligada es: ¿a cambio
de qué sería esa entrega exigida a JT? ¿A cambio de que volvieran a
joderle en cuanto pudieran de las múltiples maneras que saben y han
hecho en el pasado? ¿A cambio de que él se vengara ahora de El Juli por
ser uno de los que entonces le dejaron sólo a él con Joselito? No creo
que eso le motivara lo más mínimo a JT. Más bien, al contrario.
Cambiemos el tercio y
vayamos con la afición, a la cual OCh dedica el último párrafo de su
nota, enfatizándolo con negrita. Apela don Óscar al bien de la afición y
al de la Fiesta, considerándola cosa mayor. Y aquí la
pregunta también obligada es: ¿la Fiesta y la afición no
importaban cuando se planteó el freno y el castigo a la insumisión de
JT? ¿Entonces no importaba hurtar a la Tauromaquia las
faenas de JT que nunca se producirían, empobreciéndola con ese hurto en
lo artístico y en lo mediático, y empujándola sobre la cuesta abajo de
los últimos años? Posiblemente, nada hubiera podido neutralizar el acoso
catalanista, pero nunca se sabrá lo que hubiera podido ocurrir si a una
figura singular y grande como JT se le hubieran facilitado las cosas en
lugar de dificultárselas.
Dos cosas me falta añadir:
Si no es verdad que ellos
promovieran, alentaran o secundaran ese pacto entre empresarios para
frenar a JT y reconducirlo al redil (por usar el término empleado por el
Sr. Cuvillo), que lo desmienta de una vez. Es así de sencillo. El
apoderado de JT sólo ha hablado de tensiones, pero este supuesto pacto
está en boca de mucha gente del mundo del toro. Y, si no puede
desmentirlo, que pida disculpas de verdad (a la afición y al propio JT),
sin decir que no sabe por qué las pide.
Y la segunda es que,
acertada o no, en esta decisión de JT de no torear en Málaga, Almería,
Salamanca, San Sebastián y Córdoba yo veo un gesto de coherencia y de
renuncia ética. Todas ellas son plazas apetecibles y deseadas por
cualquier torero y en particular por JT. Acertado o no, como digo, es
una renuncia por principios, como lo ha sido la de dejar de torear
cuvillos o antes lo fue la de no torear en Sevilla o no dejarse
televisar bajo condiciones impropias.
Concluyo: estamos ante una
consecuencia más de los males estructurales que padece la Fiesta;
una consecuencia más de la hegemonía de la componente mercantilista,
plagada de conflictos de intereses y caracterizada por la concentración
de poder, sobre la artística, la cual es víctima de los desmanes de la
primera.
Por cierto, las
declaraciones y los silencios del apoderado no sirven para ver y
entender al torero. Son referencias y anécdotas. Nada más. Un tío que se
juega la vida cada tarde con valor y verdad no puede ser entendido bajo
el prisma de cotidiano y lo corriente. ¿O es que tienen que ser
valerosos, bravos y extraordinarios en la plaza y mansos y vulgares
fuera de ella?
Puede que esté equivocado.
Es sólo mi opinión. Espero y deseo no devaluar con ella el prestigio de
este estupendo blog.
Un saludo.