lunes, 24 de marzo de 2014

EL DISCURSO DE SIEMPRE: UN DISCURSO PELIGROSO Y CON TRAMPA

Mantuve con el abogado Joaquín Moeckel, una conversación en twitter, hace unos días. Con Joaquín mantengo una relación distante. Él sabe que yo no me fío del él, y él no se fía de mí. Lleva tiempo detrás de mí, y algún periodista y taurino ha tenido que sufrir sus llamadas. Se equivoca.
Como les decía, hace unos días, mantuve una conversación con él (abajo les enlazo la misma), y en ella, Joaquín Moeckel, defendía que el presente y futuro del toreo dependía únicamente de lo que hiciesen los toreros en la plaza. Que el toreo es un ARTE, y que por lo tanto, todo se reducía a ello. Y que hablar de "sector" "industria" "destaurinización de la sociedad" eran chorradas mías y de aquellos que mantenemos éste discurso.
El problema es que el discurso de Moeckel, no es exclusivo de él, e incluso, yo diría que es el que predomina en gran parte del sector y aficionados. Cada vez menos, eso sí. Pero trabajito nos ha costado. Siempre se ha dicho aquello de:" Esto lo arregla un tío con la mano izquierda". Y con esa frase, se han acabado todos los debates. Con ésa frase, no es necesario GESTIONAR y TRABAJAR. "Ya saldrá uno...."y mientras sale, nos echamos la siesta o nos vamos de fiesta. O de safari, al Senegal.

Dice Moeckel, que el toreo es ARTE y punto. Claro, tan ARTE como la DANZA (por ej.), solo que la danza puede permitirse el lujo de ser un arte minoritario, y la tauromaquia no. La tauromaquia y la Fiesta de los toros o es festejo popular y de masa, o no es nada. O el toreo sigue enraizado en la sociedad o morirá. Así de claro.
Decir que el toreo es ARTE, y no industria, es una gran equivocación y mentira. El toreo es un ARTE, evidentemente, pero es necesario que ése arte se desarrolle en un marco legal, económico y social adecuado. Y para ello, hay que crear una industria profesional, que sea capaz de poner en valor todo el activo de la Fiesta. Pongo un ejemplo: Si la Tauromaquia tiene BUENA IMAGEN, las marcas comerciales acudirán a la Fiesta. Si acuden, habrá más ingresos extraordinarios. Si hay más ingresos extraordinarios, dependemos menos de la taquilla, y se podrían bajar los precios. Y acudir más gente a las plazas. Pero además, se podría pagar más y mejor a los profesionales, y de ésta manera tendremos mejores toreros y mejores toros. Y los empresarios ganarían más dinero,y podrían organizar, más y mejores espectáculos. ¿De perogrullo, verdad? Y yo pregunto, ¿Quién trabaja para trasladar a la nueva sociedad los valores de la Tauromaquia y que tengan buena imagen de nosotros? Y sobre todo, ¿Quién ha trabajado en las últimas décadas en éste y otros aspectos? Así, podríamos escribir un libro. Hace poco presentamos un pequeño proyecto, que está en manos de los taurinos (por si quieren hacer algo). Es necesario una estructura profesional, que ayude a desarrollar una industria transparente, moderna y fuerte.

NOTA:  ¿Saben cuál es el problema? Que el discurso de Moeckel, y tantos otros, es peligroso, pero además, tiene trampa. Por tres motivos:
1º Porque justifica la torpeza y el interés de quienes han dirigido la Fiesta en las últimas décadas, y que han metido al toreo en una "ormetá" para su propio interés.

2º Por que justifica, a los que NO hacen nada. Por interés, por incapacidad o por voluntad. Se justifica a las grandes familias que gestionan el toreo desde hace tiempo. Décadas. Muchas.

3º Y más importante. Como todo depende de lo que se hace en la plaza (según ellos).  Si la cosa va bien, pues nada. Ahora bien, si la cosa se pone malita, la culpa la tendrán los toreros (y ganaderos), que son muy malos, pues los buenos eran los "de antes".
 Porque "los de antes" siempre son los buenos. Y además, es un discurso, que gusta mucho. Solo hay que acudir a la hemeroteca. Miedo me dan, las futuras generaciones del toreo.
 Y mientras, aquellos que gestionan el torero desde hace décadas, se van de rositas. Que es lo que se pretende. Por cierto, un discurso que también defiende el torismo ultra. Por éso, empresas, cierta prensa y el torismo ultra, hacen pinza en muchas ocasiones, pues comparten discurso de fondo. Ahí tienen al tal Viard, que iguala a Morante con Bildu. El rigor es el rigor. Por el interés te quiero, Andrés.
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