Este invento taurinístico tuvo un comienzo esperanzador gracias al altruismo de Maza padre, pero con el paso de los años ha ido en degenerando por razones de oscura y mala gestión por parte de sus máximos responsables, que han ido todos –o casi todos- a llevárselo calentito y a chupar de la generosa subvención pública andaluza. Los Felipe Luis Maestro, Miura, Olea, alguna que otra agencia de comunicación (con su lumbrera a la cabeza) y compañía nunca pensaron en inversión de cara al futuro y presentaron en cada edición, como lema, "tonto el que no se aproveche y el que se quede atrás". Así que, como en los últimos años el "Plan E taurino" de nuestro gobierno flojea, pues no hay quien suelte un euro desde el ámbito privado. Además, la concepción elitista y clasista de este evento, hecho a la medida del señorito cortijero "pelao" y pseudoaristócrata, no supone una pérdida importante para la Sevilla taurina de toda la vida, es decir, la de los aficionados de a pie que guardan colas religiosamente en marzo para comprar sus entradas en la esquina de la calle Antonia Díaz, los del tendido 12 en Domingo de Resurrección, los que toman su café en el Pepe Hillo o en el Taquilla antes de la corrida, los que llevan su almohadilla metida en una bolsa del Carrefour porque no tienen fondos para contribuir diariamente con la Cruz Roja, los "catetos" del Aljarafe que tenemos que aparcar en La Cartuja los días de feria porque no se cabe por ningún lado y no disponemos de tarjeta VIP en el aparcamiento del Colón, los que no se pierden ni una novillada de promoción, los que se vienen de Matalascañas cada 15 de agosto para cumplir con la Patrona por la mañana y con el rito táurico por la tarde, los que denunciamos a los ilegales reventas como quien predica en el desierto del Sáhara, etc.
Para esa afición cabal, en la cual me gustaría incluirme, esta superficial y plana muestra no significaba gran cosa. Allí no se iba a aprender sino a dejarse ver o ser vistos... Así que, creo que esta Feria Mundial ha sido destrozada por ellos mismos, por los propios profesionales del sector implicados, que nunca se han gastado un duro allí y siempre han dependido de una Junta autonómica que ha derrochado el dinero a ciegas a cambio de un plato de jamón (y una foto) en el stand de la UCTL. Sin invertir en cultura ni en hacer que los aficionados vayan a la plaza luego, es imposible mantener un "embuste" de tales magnitudes como la "bienal" Feria Mundial del Toro hispalense.
ANTONIO RAMOS CALDERÓN. Aficionado.
ANTONIO RAMOS CALDERÓN. Aficionado.
Para mí, la única Realidad es la Tele: Si la Fiesta aparece en la Tele, existe. Si no, no existe. Estos montajes tanto dan, ¿quién no se ha paseado por muchos por dar una vuelta?
ResponderEliminarDesperdicios